"Se trata de una actividad muy recomendable para realizar en FAMILIA"
La Cueva de Urallaga de Galdames es un enorme arco natural que se abre en las calizas de los montes de Grumerán. Entre los siglos XIX y XX fue una mina de hierro que hizo prosperar el barrio de Urallaga. En su interior se refugia la Ermita de la Magdalena citada ya en el siglo XVIII.
Siempre tuvo fama. Más ahora por la romería que cada 22 de julio se celebra en honor de la Santa, patrona de los mineros y del poblado de La Arboleda. En esa fecha jinetes, romeros, montañeros o simples curiosos suben en procesión, para participar de la Misa y almorzar en las inmediaciones, para luego bajar en gran romería a Galdames.
Cómo llegar:
Se llega desde Muskiz por la BI-2701 dirección Sopuerta. En El Arenao desvío (BI-3632) hacia San Pedro de Galdames. Estacionar en La Aceña. Luego subida a pie. También desde La Arboleda por Peñas Negras y bajada por el camino de la Fuente del Saúco.
Datos del Itinerario:
Duración: 2h.30/3h.30
Distancia: 8 km
Desnivel positivo: 445 m
Fiesta:
Romería el 22 de julio.
Como ascender a la Ermita:
La subida es sencilla, desde El Polígono Industrial de La Aceña ocupa la escombrera de la antigua Mina Berango. Aquí se dispone de sitio para aparcar.
A pocos metros teneís hay una gran área recreativa con mesas y bancos en un entorno replantado con robles americanos, arces reales y fresnos.
En el mencionado Polígono parte una pista inicialmente es de tierra y después de cemento. Un recorrido dentro de un bosque cerrado de eucaliptos, subiendo hasta un rellano (unos treinta minutos). Pronto encontraremos un edificio en uso, otro minero arruinado y un viejo abrevadero para ganado, si se precisa se puede llegar en coche.
Seguimos de frente por la misma pista, ahora es barro y de piedra suelta y llega hasta un depósito de agua.
Desde aquí podréis disfrutar de una buena vista del Valle de Galdames como de las escombreras de la mina La Tardía. Desde este punto subiremos por una pista degradada que deja atrás una toma de agua y se adentra de nuevo entre eucaliptos. Pasaremos un par de curvas y toparemos con el bosque autóctono: robles, avellanos y castaños, brezos, espinos y endrinos.
Al rato aparece el barrio de Urallaga, un barrio en el que en otra época tuvo casas y barracones, una taberna famosa en la zona y una cooperativa de la que quedan las ruinas. El declive minero lo ha dejado reducido al abandono, ahora es célebre por acoger la romería de La Magdalena en el mes de Julio.
El camino minero no tiene pérdida se adentra entre la espesura de grandes encinas, robles, avellanos y serbales. Sube de manera sostenida y al poco rato sale a terreno abierto.
El espectacular gran arco natural de Urallaga se recorta en la ladera de Grumerán.
La cueva tiene una boca de 33 metros de ancho y unos 15 de alto. Sirvió de acceso a la mina de hierro Pepita, cuyo mineral se bajaba por medio de un plano inclinado hasta la línea de ferrocarril de Galdames. De ella cae en cascada el arroyo Eskatxabel y a la izquierda de la boca, adosada a la pared, está la ermita de Santa Magdalena.
Su historia:
La Ermita es un edificio modesto, cerrado, que se arruinó durante la guerra y fue restaurado en el año 1942. Pero tuvo tiempos aún peores. En 1906, durante una huelga, mineros anarquistas destruyeron la imagen de la virgen a tiros. Años después, en 1935, otro minero dinamitó la ermita porque había perdido una fortuna a las cartas. Cuervos, grajos y palomas anidan en el techo. Nos sorprenden con sus zureos, graznidos y silbidos reprobatorios.
Al anochecer es otro cantar, los murciélagos vuelan a cientos en busca de insectos y los búhos ululan en un bosque que cruje de manera amenazadora. Es la hora de paseo del suicida Almanegra, condenado a vivir eternamente en la oscuridad de la caverna. El escritor encartado Antonio Trueba lo cuenta en su libro 'De Flor en Flor'. Nos sacude un escalofrío. Cae la luz y es hora de marcharse.
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